Explotación
sexual en todos los tiempos,
Las
“Poquianchis” fueron un escándalo
Por
Luis González Romero
Afortunadamente
en la actualidad se cuenta con instituciones defensoras de la mujer, de los
menores, como el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el Instituto de la
Mujer, la equidad y género, agencias especializadas en delitos que se cometen
en contra de las mujeres de todas las edades, otras que se ocupan de orientar
sobre la violencia en el noviazgo; en fin, las autoridades han creado las
instancias para proteger a las mujeres;
sin embargo en lo que se refiere a la explotación sexual, es algo que ha
existido siempre y en los tiempos actuales se ha incrementado, incluso hasta
por la falta de empleos bien remunerados, por lo que las mujeres se dejan llevar por la oferta y a cambio de unos pesos o de
favores a de patrones o jefes, a los que entregan su cuerpo.
En ésta ciudad, el
Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia ha puesto en marcha
la “Campaña Yo Decido”, que tiene por
objetivo brindar orientación y atención personalizada a padres y madres de
familia, así como a sus hijos e hijas, para prevenir o contrarrestar la
violencia en cualquiera de sus géneros, de acuerdo a lo que se informa a través
de un boletín de dicha institución, que en ese aspecto ha logrado avances,
quizá no como se quisiera; pero representa
una instancia de buena fe a la que la gente lastimada puede acudir a
recibir orientación jurídica, psicológica y apoyo moral.
La campaña inicio
este lunes contra la explotación sexual infantil, respaldando de esta manera a
las familias vulnerables mediante orientación psicológica que brinda la
Procuraduría de la Defensa del Mejor, la Familia y el Indígena. La explotación
sexual infantil ahora se practica hasta de manera cibernética, y aunque existe
una policía especializada que en poco ha logrado frenar esas acciones, se sigue
dando en muchas partes y esto nos lleva a recordar una página denominada “Poza
Rica al desnudo”, por la que desfilaron muchas jovencitas que confiaron en sus
amigos o amantes al permitirles que tomaran fotografías como Dios la trajo al
mundo.
A raíz de las
denuncias que se presentaron de manera insistente, se logró la captura de los
autores y creadores de esa página en el Internet; pero claro la explotación
sexual existe y no lleva a recordar las “famosas” Poquianchis, que en un lugar
del estado de Guanajuato tenían sus tugurios, sus antros en donde esclavizaban
a jovencitas, a las que vendían como mercancía cualquiera y obtenían muchas
ganancias, en tanto que a las victimas solo les daban el alojamiento y los
alimentos.
Las chicas eran
sacadas de sus lugares de origen con engaños de un buen empleo, de buenos
salarios y de esa manera los “enganchadores” se las llevan y las entregaban a
las Poquianchis, en donde las convertían en esclavas, porque no podían salir ni
a la calle y las golpeaban cuando se revelaban, cuando se resistían a estar con
los “clientes”.
Las cosas no han
cambiado mucho, en éstos tiempos las jovencitas son convencidas para viajar a
los Estados Unidos, con la promesa de que ganarán muchos dólares, cuando la
verdad es distinta, pues una vez que están en ese país, los llamados tratantes
de blancas las entregan a los antros, en donde las explotan sexualmente; las
alcoholizan o las hacen drogadictas, situación a la que algunas logran
sobrevivir; en tantos que otras como única va salvación encuentran la muerte.
Pero esto no
termina, en los estados mexicanos aun
hay comunidades en donde se venden las niñas, como si fuesen guajolotes; el que
paga se las lleva, las tienen como amantes, las venden o las matan. Es un gran
problema que oscila entre la explotación y la prostitución, como en el caso de
Poza Rica, en donde hay más de 25 moteles y hoteles de paso, a los diariamente son
llevadas mujeres, por placer o por necesidad, pero en conclusión es
prostitución o explotación sexual, porque en algunos casos proceden de “casas
de citas o edecanes” en donde el gran ganador es el regenteador…por hoy es
todo, hasta pronto.
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