Los excesos
siempre son malos,
A mayor cosecha,
precios más bajos
La competencia es
buena, pero con limites
Por Luis González
Romero
Hace
aproximadamente seis décadas, la producción de café era escasa y de pronto el
precio del producto en cereza aumentó considerablemente, al grado que hasta los
cafetales abandonados fueron visitados por sus propietarios y hasta de las
cuevas sacaban café porque su costo en esos tiempos era hasta de 4 pesos por
cada kilogramo. Eso despertó la ambición de los productores y comenzaron a
sembrar café por todas partes, hasta en las piedras y a la vuelta de cinco años
había producto en abundancia, hasta para tirar para arriba; lamentablemente el
precio se había desplomado y los acopiadores solo pagan 60 centavos por cada
kilo.
Años después pasó
lo mismo con el plátano, la naranja, el limón persa, la caña de azúcar, a grado
tal que en la región de Alamo, los productores arrojaban las camionadas de
naranja a la orilla de la carretera, porque el precio estaba por los suelos; no
se lograba cubrir ni el costo de producción; como también ha pasado con el
plátano que en algunas temporadas lo pagan a razón de 80 pesos la tonelada, de
los cuales el productor tiene que pagar 60 pesos por el corte de cada tonelada,
y le vienen quedando 20 pesos de ganancia.
A grandes rasgos
este es el panorama que existe en e campo mexicano, en donde los campesinos
productores siguen sumidos en la
pobreza, porque cuando tienen mucha cosecha el producto no tiene mercado y ni regalado lo quieren, lo
que decepciona y provoca que mucha gente abandone el campo y se vaya en busca
de mejores horizontes y hasta del sueño americano, territorio en el que se
encuentran millones de mexicanos que hacen producir la tierra en otro país a cambio
de unos cuantos dólares por cada hora de trabajo.
Los excesos son
malos, nada recomendables y van más allá de la producción del campo, pues esas
políticas erróneas se aplican en las grandes y medianas ciudades, al menos del
Estado de Veracruz, como el caso de los taxistas, notarios y universidades
privadas de Veracruz que se quejan del tiempo de las vacas flacas.
Como si se tratara
de un sueño, de pronto, de norte a sur de la entidad y a partir del segundo
semestre del año 2010, taxistas, notarios y colegios privados de educación
superior se multiplican como peces y panes. Como en el caso de Poza Rica, en
donde por sus calles y avenidas circulan dos mil quinientos 26 taxis, entre
libres y colectivos, y los concesionarios y hasta los choferes se quejan de que
no les resulta, de que ya no es negocio; además de que la gasolina aumenta de
precio cada treinta días y por lo mismo se quejan de bajos ingresos.
La zona conurbada
Veracruz-Boca del Río, con más de siete mil taxis, Xalapa, Martínez de la
Torre, Coatzacoalcos, Tuxpan, Pánuco; en fin, en todos los municipios se
multiplicaron los taxistas, vaya hasta en las rancherías crearon sus propias
organizaciones para conseguir concesiones durante el sexenio anterior, lapso en
que se efectuó el gran reparto, no solamente a trabajadores del volante, sino
también para determinados personajes que nada tenían que ver con el transporte
público en la mencionada modalidad. Pero bueno, fue parte de una estrategia
para tener contentos a todos, aunque ahora algunos de los concesionarios
renieguen y tienen su carro en el garaje, porque les resulta incosteable
sacarlo a circulación. Solamente los más abusados lograron acumular hasta 20
concesiones, (como si fueran locales del mercado Poza Rica), tienen
trabajadores y aunque el negocio no es lo que se esperaba, reciben
diariamente y promedio hasta de más de
siete mil pesos diarios…Por hoy es todo y hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario