lunes, 29 de octubre de 2012

Pasillos del Poder


César Augusto Vázquez Chagoya
Leanos en www.pasillosdelpoder.com
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29 de OCTUBRE de 2012


GUÍZAR DE FIESTA EN LAS PUENTES
Los que no vivan por la zona de Coatepec, nunca podrán saber el fenómeno sociológico que hace que miles de ciudadanos marchen en peregrinación hacia Xalapa donde esta la tumba de Rafael Guízar y Valencia. El 23 y 24 de octubre celebran al hoy santo de la iglesia católica por su cumpleaños.

Nació en Cotija, Michoacán. Siempre fue muy inquieto por lo que sus mismos compañeros lo persiguieron, lo que hizo que fuera a otros países entre ellos Guatemala, Colombia, Estados Unidos y Cuba. En 1919 fue ordenado obispo de Veracruz en Cuba.

Rafael Guízar y Valencia no sólo es un hombre que pueda ser reconocido por los católicos, sino que su historia es motivo de estudios de este fenómeno.

No sólo donó sus bienes con sus dos hermanas a la iglesia, sino que se enfrentó al gobierno federal, estatal y dio lecciones, como todo guerrillero de la fe, su amor a los niños.

Fue perseguido por los gobiernos de los sonorenses Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y el maximato de Plutarco Elías Calles. Por 14 años, los católicos fueron enfrentados. Hubo miles de muertos hasta que el general Lázaro Cárdenas se cansó que dijera el pueblo que “En el palacio de Chapultepec vivía el presidente y el que mandaba vivía enfrente”.

Expulsó entonces del país a Plutarco Elías Calles, quien había unificado a todos los grupos rebeldes por la revolución que nos dejo un millón de muertos, creando un partido político que es el abuelo del PRI, que regresa al poder en este año después de haberlo perdido en el 2000.

Cárdenas poco a poco impuso el orden en el país. Antes que llegara al poder en 1934, ya existía una guerra civil entre campesinos y terratenientes en el estado de Veracruz. Desarmó a los campesinos agrupados en la Liga de Comunidades Agrarias y a Manuel Parra Mata, jefe de la famosa “Mano Negra” desde la hacienda de Almolonga en Naolinco, líder de los terratenientes quien muere en 1940 en el puerto de Veracruz.

Lo que ayudó mucho a la pacificación del estado fue la llegada a la gubernatura en 1936 de Miguel Alemán Valdés, después del asesinato de Manlio Fabio Altamirano, quien era partidario de los campesinos.

Rafael Guízar y Valencia fue un gran problema para los gobiernos, ya que ordenando el cierre de los seminarios, Guízar los volvió itinerantes. Participó como vocero de la iglesia en la guerra cristera pidiendo la paz y su cabeza tenía precio, después de que un fanático religioso disparara en Palacio de Gobierno contra el gobernador Adalberto Tejeda y se diera ese día el asesinato del padre Darío Zurita en el puerto de Veracruz.

Muchos pensaban que Guízar iba a huir, pero hizo lo contrario y fue a ver al gobernador, a quien se puso a sus órdenes porque lo andaban buscando. Adalberto Tejeda platicó con su enemigo imaginario por años y cesó la persecución, por lo menos contra el obispo de Veracruz.

Pese a que había terminado la Guerra Cristera y casi había cesado la persecución de los padres, el gobierno no quitó la disposición que habría un padre por cada 100 mil habitantes. En 1937, Guízar, para dar misa, se inscribió como padre en la iglesia de Coatepec y cuando llegaba al pueblo eran verdaderas romerías.

El amor a Guízar en la región de Coatepec tiene un gran motivo: el 3 de enero de 1920, hubo un terremoto en la zona centro de Veracruz, que ha sido el mayor desastre natural en toda nuestra historia con más de 600 muertos. El 4 de enero llegó de cuba, se reunió con los ricos del puerto para que dieran ayuda y ofreció su anillo episcopal hecho de oro.

Llega a Xalapa el día 9 y para el 14 de enero entra a la zona de desastre por Coatepec y Las Puentes. A este último lugar lo hizo por el camino colonial llamado “El Aguacatal”, ya que las vías del tren “El Piojito” estaban dañadas.

En Las Puentes existía una fabrica de hilados y tejidos denominada “La Purísima Concepción”, cuyo dueño era Don Carlos González Nova, cuya familia ahora es dueña de Comercial Mexicana. Reestablecida la comunicación por tren, Don Carlos González, quien no tiene ni dos años de muerto, le regalaba telas al obispo para las zonas afectadas.

Parte de Puebla, Orizaba, Córdoba, Huatusco, Xalapa, estaban muy dañadas, pero nada comparable con Teocelo, Cosautlán de Carvajal, Ixhuacán y Quimixtlán Puebla, donde fue el epicentro del terremoto. Guízar recorrió la región por dos años en la reconstrucción. Es cosa de la gente, pero en agradecimiento nacieron los arcos con flores que se traen de Puebla en honor a Guízar.

No sabemos porqué Rafael Guizar y Valencia, a pesar de tener un hermano banquero, murió relativamente joven a los 60 años. Siempre fue grueso de cuerpo, pero nos imaginamos que este hombre no se atendía con médicos, ni detuvo su actividad. Tal vez el dinero que le llegaba lo destinaba al seminario, que era su prioridad.

Con gastritis, enfermo del corazón, flebitis (inflamación de venas), pasado de peso, entre otras cosas, Rafael Guízar murió en la ciudad de México el 6 de junio de 1938, con su pedimento de que fuera enterrado en Xalapa. El gobierno de Miguel Alemán dio el permiso, pero advirtió que no hubiera disturbios.

El 8 de junio llegó su cuerpo al estado de Veracruz. En cada pueblo, desde Perote hasta Xalapa, le rendía tributo. Las crónicas hablan de una valla desde Banderilla hasta la catedral de Xalapa. Fue enterrado en el antiguo panteón xalapeño en 20 de Noviembre.

En 1950, la Iglesia Católica, queriendo honrar a Guízar, dispuso que se pusiera su cuerpo en la catedral, pero los movimientos lo hicieron con mucha discreción. Nadie sabía que al abrir la tumba, el cuerpo estaba incorrupto. Ahí en la tumba tomaron fotografías y lo llevaron a una casa de mojas que está cerca del panteón.

El Diario de Xalapa dio la noticia de que se había encontrado casi entero el cuerpo de Guízar, con sólo daños en una mano. La noticia voló por el mundo. Unos decían que era producto de las inyecciones de formol y se comentaba que su madre también había muerto y encontraron el cuerpo incorrupto años después.

De la casa de las monjas en la avenida 20 de Noviembre hasta la Catedral, fueron tumultos para tocar la caja ante un milagro. El tiempo fue la mejor verdad: Guízar en su tumba estaba envuelto en agua y la naturaleza conservó su cuerpo. En la Catedral el cuerpo se descompuso y la iglesia conservó parte de su cuerpo como reliquias sagradas.

Estando Guízar en la Catedral de Xalapa, la feligresía no celebra su muerte sino su cumpleaños el 24 de octubre y cada año llegan las peregrinaciones con sus arcos de flores.  En el 2006, Benedicto XVI convirtió en santo a Guízar y crecieron las peregrinaciones y más entre los jóvenes.

Según la iglesia católica, las peregrinaciones este año crecieron de 25 mil fieles a 50 mil. La gente sale de las colonias, congregaciones de toda la región, al grado que se tiene que cerrar la autopista entre Xalapa y Coatepec.

Aún muerto, Rafael Guízar y Valencia sigue creando polémica. A mi nadie me lo ha contado, son sólo deducciones: desde el 2007, había surgido la idea en Las Puentes de hacer una estatua a Guízar en agradecimiento de haber ayudado a la reconstrucción por el terremoto del 3 de enero de 1920.

Esa inquietud la conocía el alcalde de Coatepec, Sergio Ramírez Cabañas, y él invito al artista Teodoro Cano, de Papantla, a que fuera a Las Puentes para hacer el Guízar que era patrocinado por una asociación civil. El artista muy amablemente fue, tomó nota y como sus obras son monumentales, dio el presupuesto para un Guízar de 12 metros que se colocaría al lado de la iglesia del lugar.

Un día, Ramírez Cabañas habla a dos miembros de la asociación civil “Guadalupe Victoria” a que se fuera a Coatepec y la cita era en un lugar. Alcalde y miembros de la asociación entraron a una casa colonial. El alcalde no decía nada. Cuando se entró a una habitación, allí estaba imponente, en plastilina, un Guízar y Valencia con 4.25 metros de alto.

Lo imponente no era la figura, sino casi exactos los rasgos de Guízar en vida. La autora es la artista Edith Vázquez de Berlín. Esposa del político y estudioso del derecho Francisco Berlín Valenzuela, autor del primer libro de derecho electoral cuando ni nos imaginamos la creación del IFE de estos días.

Ahí se supo que esa estatua en plastilina se iba a convertir en un Guízar de bronce y era para la entrada de la Catedral de Xalapa que da hacia el banco Bancomer de Xalapa. Tenía un libro en la mano izquierda y en la derecha una bendición a los niños que recibía para tomar catecismo.

La estatua se iba a poner en la escalinata que es regulada por el gobierno federal, y nunca se tomaba nada de la plaza Lerdo, en honor el presidente liberal Sebastián Lerdo de Tejada, quien junto con su hermano Miguel habían nacido en una casa de la calle Xalapeños Ilustres.

Cuando la estatua estaba lista se dio a conocer su instalación. Los grupos liberales de Xalapa pusieron el grito en el cielo porque cómo se iba a poner a un católico, por más santo que fuera, en la plaza de las libertades. Aún cuando Guízar dio tanto por Xalapa, se le volvía a rechazar.

Ninguna autoridad, ni grupos religiosos, salieron a hablar con la verdad y al Guízar se le mandó a la entrada de Xalapa, en la carretera que va a Veracruz. La iglesia, metiendo más leña al fuego, manifestó que no importaba dónde se ponía el Guízar, que al final de cuentas era un problema del gobierno, ya que no era una donación a la iglesia si no al pueblo de Xalapa.

También el alcalde de Xalapa, David Velasco Chedraui, ligado a los religiosos y a la familia Fernández, propuso que la calle Enrique C. Rebsamen se le impusiera el nombre de Rafael Guízar y Valencia. (Rébsamen fue creador de la primera normal del país en Xalapa, y, con otros educadores, hizo la época dorada de Xalapa al denominarla “La Atenas Veracruzana”)

La propuesta fue rechazada por la población, entonces en la extensión de esa avenida a partir del el conjunto habitacional “Xalapa 2000”, hay una iglesia para Guízar, con su avenida y la estatua está en la terminación de dicha arteria.

Se suponía que iban inaugurar la estatua el monseñor Hipólito Reyes Larios y el gobernador Fidel Herrera Beltrán, pero éste último no llegó, así como el alcalde David  Velasco Chedraui, por lo que el monseñor la inauguró solo, pero abrió una fría relación con el estado.

Uno veía el asunto religioso y el otro lo veía con ojos de gobernante y político.

En Las Puentes, de Coatepec, Sergio Ramírez Cabañas no cegó en su empeño de apoyar a la asociación que quería la estatua del Guízar y querían la obra de Edith Berlín. Las Puentes, con 200 casas y 700 habitantes, tenían una gran problema: la invasión de 27 hectáreas que querían volverla habitacional.

El alcalde se opuso terminantemente, lo que le causó críticas, pero no podía romper la ley ya que a esas 1500 casas no se les podía dar agua. Entonces Sergio, en honor a que su familia tenia sus raíces en ese lugar, mandó a construir una aula para enseñanza especial única en la región.

El grupo “Guadalupe Victoria” tocó muchas puertas y todas se abrieron, pero hubo una que no regateó en apoyarlos: el actual alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero, cuyo padre del mismo nombre había construido varias iglesias, donó la base de 8 metros de altura y con un grupo de amigos donaron un carro para rifarlo y obtener el dinero para la estatua.

Marcos Theurel, con su proceder en honor a su padre, logro tres cosas: una, el agradecimiento de un pueblo; dos, volvió a juntar al gobernador con el obispo de Veracruz; y tres, decidió casarse con Guadalupe Félix en Xico.

Las cosas no habían terminado ahí: antes de la inauguración de la estatua de Las Puentes, el gobernador Fidel Herrera Beltrán, gran lector y conocedor del arte, replicaba ante los miembros de la asociación “Guadalupe Victoria” y la artista Edith Berlín que “la mano del Guízar de Xalapa está muy grande”.

Esa observación se tenía que consultar con la iglesia. Rafael González, el padre postulador de la causa de Guízar, originario de Xico y que de niño conoció a Guízar en su casa porque llegaba el santo a tomar alimentos en su caminar por la región, decía que no había problemas por el cambio de mano.

El 21 de enero del 2010, el monseñor y el gobernador se juntaron en Las Puentes para inaugurar la estatua, recordando dicho encuentro entre Guízar y el gobernador Cándido Aguilar en Teocelo, donde se repartieran el trabajo de reconstrucción. El 24 de enero, Edith Berlín cambió la mano de la estatua de Xalapa y con gran bondad la donó a Las Puentes.

¿Por qué? Los de Las Puentes querían que el Guízar sobresaliera y estaba sobre una base de 8 metros de altura más los 4.25 metros de la estatua y la gente no podía tocarlo. Con la mano original de Xalapa se hizo un nicho en Las Puentes y se colocó la mano de donde sale agua que viene de manantiales únicos del pueblo.

A la mano con el agua saliendo, el monseñor Hipólito Reyes Larios volvió a ir a Las Puentes y la bendijo. Miles de gentes van a llenar botes del agua de la mano creada por Edith Berlín. Por su parte, el padre Rafael González es un gran amigo de Las Puentes, porque no sólo fue un factor de unidad con las estatuas de Guízar, sino que apoya a la feligresía de Las Puentes.

Bueno, como esta historia es larga, sólo queremos decir que estamos de acuerdo con el vocero de la iglesia en que este año han subido los actos de fe para Rafael Guízar y Valencia.

Sólo para saber, en la congregación de El Palmar, del municipio de Puente Nacional, donde se encontró el anillo de obispo de Guízar, el 24 de octubre el pueblo mató seis reses, comieron juntos casi 5 mil habitantes y pasearon por sus calles al santo.

En Xalapa se tuvo que cerrar por primera vez las calles del centro por la gran afluencia de feligreses que visitaron la tumba de Guízar en la catedral. En Las Puentes, por dos días, tiraron cohetes de sonido y luces donados por la familia de Don Enrique Córdoba Mavil y Teresa Cortés Carmona, así como sus hijos Juan Enrique, Jetzabé y María Teresa, todos de San Marcos.

Por tercera vez, viene desde Cuernavaca, Morelos, Rafael Morales Guzmán, originario de Las Puentes y paga las mañanitas. En este año se sumaron a las canciones de la rondalla de San Marcos, así como bailes de Ursulo Galván.

Cosas de la vida: el padre Francisco Pérez Ordóñez, que es auxiliar de la basílica de Guadalupe en México, vino a San Marcos para acompañar a su tía que había muerto. El padre había sido parte del coro de Las Puentes de joven y él ofreció la misa que para el que no sea católico, apuesto que les hubiera gustado.

En los festejos de Las Puentes, ayudaron el alcalde de Emiliano Zapata, el diputado federal Fernando Charleston y sobre todo la población, que donó pan, tamales, atoles, etc., para los asistentes y los peregrinos que iban a Xalapa.

¿Cómo cree que terminaron las fiestas en honor a Guízar en Las Puentes? Con un festival para los niños con piñatas y dulces, animados por un payaso, como le hubiera gustado a Rafael Guízar y Valencia.

La fiesta de Las Puentes fue una labor de un año del comité integrado por doña María Paz Díaz Rosales, Aída Galán Vargas y Leticia Contreras Sarmiento.

A ver qué pasa el próximo año con el fenómeno Guízar y Valencia.

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