Los hemos convocado esta mañana, para anunciar el descubrimiento de un nuevo yacimiento de petróleo en aguas profundas del Golfo de México.
Saludo, con aprecio, a los servidores públicos, a los trabajadores, a los
Directivos de Petróleos Mexicanos, que hoy nos acompañan. Especialmente, a
quienes han trabajado fuertemente en la investigación y en el desarrollo de
estos nuevos proyectos de Petróleos Mexicanos en aguas profundas.
Yo quiero reconocer el empeño de todos los trabajadores petroleros del país,
por impulsar el fortalecimiento de PEMEX, que es, y con estos descubrimientos,
seguirá siendo un pilar del desarrollo económico de México.
Como recodarán, hace poco más de un mes, el 29 de agosto, anuncié que el Pozo
Trión 1, realizó el primer gran hallazgo de un sistema petrolero en aguas
profundas del Golfo de México. Hoy, me da mucho gusto compartir con ustedes
otra gran noticia para los mexicanos.
PEMEX ha hecho un nuevo descubrimiento de petróleo en aguas profundas del Golfo
de México. En efecto, las perforaciones realizadas en el Pozo Supremo, Supremus
1, confirmaron el potencial de otro yacimiento en la zona Norte del Golfo de
México.
Este pozo está a 250 kilómetros al Este de Matamoros, Tamaulipas, y a menos de
40 kilómetros al Sur del límite internacional con los Estados Unidos.
Además, ha sido un pozo especialmente complejo, porque se ubica con un tirante
de agua de dos mil 900 metros, casi dos mil 900 metros, y además, ha perforado
más de mil 100 metros debajo del lecho marino, para alcanzar una profundidad
total de más de cuatro mil metros.
Esto convierte a este Pozo Supremo en el pozo con mayor tirante de agua
perforado por Petróleos Mexicanos hasta la fecha, el sexto pozo con mayor
tirante de agua en el Golfo de México y el octavo pozo con mayor tirante de
agua a nivel mundial.
Dos mil 900 metros, dos mil 874, para ser precisos, de profundidad del mar y
otros mil 100 metros debajo del lecho marino.
Todo ello demuestra el profesionalismo y la gran capacidad de los técnicos
mexicanos y de nuestra empresa petrolera para quienes no hay frontera demasiado
lejana o demasiado profunda que no se pueda alcanzar.
Ésta es una muestra que me ha traído el Director del aceite encontrado en el
Pozo Supremo. Aún es crudo ligero, ligeramente más pesado que el encontrado en
Trión, pero, finalmente, es de muy buena calidad.
Con este nuevo hallazgo, amigas y amigos, con este pozo específicamente nada
más, PEMEX espera certificar nuevas Reservas 3P, Reservas Probadas, Posibles y
Probables entre 75 y 125 millones de barriles de crudo.
De confirmarse estos parámetros, un promedio de 100 millones de barriles, su
probabilidad equivaldría como al 10 por ciento de la producción de PEMEX al
año, encontrada tan solo en este pozo.
Pero más importante que la cantidad de petróleo encontrada en ese pozo es que
el yacimiento nuevo da mayor certidumbre de los recursos potenciales de esta
área en el Norte del Golfo de México, es decir, gracias al descubrimiento del
Pozo Supremo, que anunciamos el día de hoy, este descubrimiento fortalece la
enorme probabilidad y va en línea de confirmar lo que ya nos había indicado
Trión y los estudios de sísmica, es decir, la existencia de un sistema
petrolero de enormes dimensiones en esa región, precisamente, de aguas
profundas del Golfo de México.
Sólo que ahora se estima que, la estimación que se tiene, si con el
descubrimiento de Trión estimábamos esa zona entre cuatro mil y 10 mil barriles
de petróleo crudo, ahora esta estimación se movería de cuatro mil a 13 mil
millones de barriles.
Ese es el potencial de todo el sistema petrolero, que primero los estudios
científicos y, particularmente, los estudios de sísmica, y ahora los
descubrimientos en el terreno, en el mar, nos están arrojando, precisamente,
nos están confirmando la existencia de un sistema petrolero de entre cuatro mil
millones y 13 mil millones de barriles.
Cuánto es esta proporción.
Quiero aclarar que es una secuencia, obviamente, toda ella orientada a la
producción final de petróleo. Primero, se hacen los estudios de investigación;
se analiza, precisamente, el lecho marino, a través de mecanismos muy
sofisticados, principalmente, de estudios de sísmica.
Posteriormente, se hacen perforaciones exploratorias, que es el caso de estos
pozos. Posteriormente, viene la confirmación de los yacimientos.
Posteriormente, el desarrollo mismo de los sistemas de producción. Y eso va
arrojando diversos grados en la naturaleza de las reservas.
Primero, estamos hablando simplemente de una hipótesis, recursos prospectivos,
como se ha llamado; es decir, la esperanza o la idea de que del lado del Golfo
de México, en la parte mexicana, habría petróleo, como se había encontrado ya
del lado de Estados Unidos.
Posteriormente, en la medida que se van dando pasos hacia la confirmación, se
van clasificando reservas.
En la medida que avanzan los estudios y se corroboran los descubrimientos, los
descubrimientos corroboran los yacimientos, se avanza a reservas probables,
luego se avanza, precisamente, hacia las reservas posibles, y una vez que ya se
está desarrollando el yacimiento y se tiene plenamente confirmada su existencia
y su dimensión, lo más razonablemente posible, se habla de reservas probadas.
Las reservas probadas son 1P, las reservas posibles son 2P, las reservas
probables son 3P.
La dimensión más grande, obviamente, son las reservas probables, que incluye
probadas, posibles y probables, las 3P, son actualmente de alrededor de 42 mil
millones de barriles de petróleo.
Si se confirma la dimensión o el límite máximo probable de este potencial, 13
mil millones de barriles, quiere decir que las reservas 3P pasarían de 42 mil a
más de 50 mil, a 55 mil, para ser precisos, 55 mil millones de barriles; es
decir, un aumento de una cuarta parte de todas las reservas posibles.
Sin embargo, si el desarrollo continúa y se llegan a clasificar, como es
nuestro deseo y como es el propósito, aunque ello tomará varios años, como reservas
probadas de petróleo, quiere decir que este sistema petrolero que se está
descubriendo, primero con el Pozo Trión y ahora con el Pozo Supremo en aguas
profundas del Norte del Golfo de México, estamos hablando que de llegar a
conformarse como reservas probadas en el tiempo, más que duplicarían las
actuales reservas probadas de Petróleos Mexicanos.
Es decir, si actualmente las reservas probadas de petróleo nos dan un horizonte
de producción, si no hubiera, desde luego, la tasa de restitución de reservas
que hemos alcanzado, de más o menos 10 años, este sistema petrolero en el Golfo
de México nos daría otros 10 años, por lo menos, de producción petrolera en el
momento en que llegara, con su desarrollo, a confirmarse que son reservas
probadas, que, insisto, tomará mucho tiempo, es un proceso de muchos años,
pero, qué duda cabe, es una gran noticia para todos los mexicanos.
El descubrimiento del Pozo Petrolero Supremo, a casi dos mil 900 metros de
profundidad en el lecho marino y, además de ello, a mil 100 metros debajo del
fondo del mar, fortalecerá aún más nuestras reservas de hidrocarburos, lo que
permitirá a México mantener e incrementar la producción de petróleo en el
mediano y en el largo plazo.
Y no nos detendremos ahí. Seguiremos trabajando en los 22 pozos que ya tenemos
en aguas profundas. De ellos, 15 han sido perforados durante esta
Administración, así como en los nuevos, que ya se están perforando, para seguir
aumentando las reservas de hidrocarburos del país, en beneficio de los
mexicanos de hoy y de mañana.
Obviamente, ahora mismo se están desarrollando nuevas perforaciones,
exactamente en la misma área, todo con objeto de corroborar, finalmente, la
existencia de éste, no es un yacimiento, es un sistema completo, son varios
yacimientos, a fin de corroborar la existencia de este gran sistema de petróleo
en aguas profundas, en aguas ultraprofundas del Golfo de México.
Con este hallazgo, además, se ratifica la estrategia y sus beneficios de la
exploración de hidrocarburos, que se ha impulsado decididamente, desde el
inicio de la Administración.
Sabíamos muy bien que, para mantener la solidez de PEMEX, era indispensable ir
tras ese tesoro escondido en el mar, un tesoro de todos los mexicanos, y que
está en el subsuelo marino.
Y es que, precisamente ahí, en aguas profundas, se dice así a las que tienen
más de 500 metros de tirante de agua, y ultraprofundas más de mil 500 metros de
tirante de agua. Insisto, este pozo es de dos mil 900 metros de tirante de
agua, es donde se estima que está casi la mitad de los hidrocarburos
potenciales con los que cuenta nuestro querido México.
Quiero señalar que, para el Gobierno, tomar esta decisión significó, desde
luego, un gran reto pero, también, una gran responsabilidad histórica. Se
requería de inversiones muy cuantiosas y la adopción de tecnologías
extraordinariamente sofisticadas.
Por ejemplo, mantener una plataforma de perforación en aguas profundas implica,
por ejemplo, prácticamente amarrar esa plataforma con satélites; es decir, con
GPS, o geoposicionadores, que ubican permanentemente la plataforma, y con
diversos motores colocados a los lados de la plataforma, se mantiene fija en un
solo lugar para efecto de tener éxito en la perforación y operación de estos
pozos de una magnitud descomunal, que van casi tres kilómetros hacia abajo,
hacia el fondo del mar.
Quiero señalar que invertir en la exploración y desarrollo de campos petroleros
en aguas profundas, es mucho más complejo y mucho más costoso que invertir en
tierra o en aguas someras, como las de la Sonda de Campeche.
Sin embargo, fue una decisión que tomamos, conscientes de que era indispensable
arriesgar y mantener a México en el primer plano de la producción petrolera
mundial, y para que el petróleo siga siendo una palanca del desarrollo
económico con justicia que queremos los mexicanos.
Ya otros países, desde luego, muchos, hay que decirlo, están extrayendo
hidrocarburos en aguas profundas. México no se podía quedar atrás, porque este
gran potencial es nuestro, y la única manera de aprovecharlo es, evidentemente,
ir por él.
Quiero subrayar que en la estrategia de aguas profundas, hemos sido
responsables en todo momento, invirtiendo en las mejores y más modernas
tecnologías para disminuir los riesgos de exploración y, desde luego, tener
mucho más éxito.
Específicamente, PEMEX adquirió una información sísmica de muy alta calidad.
Contrató cuatro plataformas petroleras de última generación, entre ellas, la
Bicentenario y la Centenario, con capacidad de operar con tirantes de agua de
hasta tres mil metros de profundidad.
Una de estas plataformas, que es la West Pegasus, es la que hizo el hallazgo
del Pozo Supremo que hoy anunciamos.
Cabe señalar, también, que la exploración en aguas profundas es sólo parte del
esfuerzo más amplio que hemos realizado con una visión estratégica para que
PEMEX se fortalezca y siga desempeñando un papel fundamental en el desarrollo
de México.
Y por eso, en el Gobierno, que tengo el honor encabezar, duplicamos la
inversión en PEMEX, respecto a lo que había en 2006, una inversión anual, y los
recursos destinados a la empresa rebasan ya el billón de pesos; es decir, el
millón de millones de pesos.
Promovimos una Reforma Energética, en 2008, para que PEMEX se fortaleciera,
tuviera más rentabilidad, más competitividad, más eficiencia; fuera capaz de
ampliar su capacidad operativa y financiera.
Y gracias a todo este esfuerzo; desde luego, gracias al apoyo decidido de los
trabajadores petroleros, hemos mantenido la solidez de PEMEX y hemos puesto,
estoy cierto, las bases de un mejor futuro, no sólo para la empresa, sino para
todos los mexicanos.
Lo dije hace unas semanas, cuando anunciamos el descubrimiento, del éxito del
Pozo Trión, y ahora lo reitero: Al inicio del Gobierno, recibimos una empresa
cuya producción estaba en un peligroso declive. Hoy, dejaremos una empresa cuya
producción no sólo se ha estabilizado, sino que comienza a aumentar.
Recibimos una empresa cuyas reservas caían dramáticamente, porque tenía una
tasa de reemplazo, una tasa de sustitución de reservas de alrededor del 40 por
ciento. Eso ponía en riesgo la viabilidad y el futur
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