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También se originan por fatiga muscular y deshidratación, en caso de
ejercicio intenso o falta de irrigación sanguínea por la misma posición en largos
períodos
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No son problema de salud pública, pero sí de padecimientos asociados
Un calambre muscular es un síntoma originado
principalmente por una alteración de electrolitos como sodio, calcio y potasio,
señaló Guillermo Avelino
Storey, especialista adscrito al servicio de Medicina Interna del Hospital General
de Zona 2 A Troncoso, del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Esta contracción involuntaria y dolorosa, generalmente en extremidades
inferiores, constituye desde una manifestación común de los músculos, hasta una
alerta de un control inadecuado de enfermedades crónico degenerativas, agregó.
Si los calambres aparecen sin ser provocados
por fatiga muscular o falta de irrigación sanguínea y más de dos veces por
semana, son una alerta importante para detectar padecimientos crónico
degenerativos que los provocan, como la diabetes mellitus y enfermedades de la
tiroides, entre otras. El calambre no es un problema de salud pública, sino los
padecimientos con los que está asociado, advirtió.
Expuso que los calambres son incómodos y
duelen considerablemente. Tienen una duración breve, son controlables y casi
siempre desparecen cuando se hace un estiramiento pasivo de la extremidad,
contrario a la zona del espasmo y con ello se revierte el síntoma.
Explicó que cuando se originan por fatiga
muscular y deshidratación, en caso de ejercicio intenso o falta de irrigación
sanguínea por la misma posición en largos períodos, como en atletas de alto
rendimiento, estancias prolongadas en cama o en mujeres embarazadas, sobre todo
en segundo y tercer trimestre, generalmente este trastorno no tiene impacto en
la salud ni pone en peligro la vida.
El agotamiento muscular también sucede en la
práctica ocupacional, donde se usan las extremidades de manera prolongada en la
misma posición, como suele ser el trabajo de intérpretes de instrumentos
musicales, artesanos, costureras, escritores y mecanógrafos, entre otros,
puntualizó Avelino Storey.
El sedentarismo --la inmovilidad prolongada
de los grupos musculares-- impide una adecuada circulación sanguínea y una
oxigenación correcta en los grupos musculares, además de que constituye un
factor de riesgo de enfermedades como obesidad y diabetes mellitus, añadió.
Esta última, dijo, afecta el metabolismo de
los nervios debido a que perjudica las terminaciones nerviosas (neuropatía
diabética), lo que produce dolores importantes en miembros inferiores similares
a calambres. También aparecen en la hipertensión que comúnmente acompaña a este
padecimiento, ya que los electrolitos en sangre disminuyen por el uso de
antihipertensivos o diuréticos que favorecen la pérdida de potasio.
El especialista señaló que los diabéticos de
larga evolución tienen alteraciones de las fibras musculares, pero no se dan
cuenta hasta que se presentan los síntomas y uno de éstos son los calambres en
extremidades. Por ello, es importante que estos pacientes se apeguen a revisión
médica y pruebas de laboratorio en forma periódica en sus Unidades de Medicina
Familiar (UMF).
Se debe tomar en cuenta que este padecimiento
se puede confundir con otros, por esta razón los médicos familiares interrogan
escrupulosamente a los pacientes para conocer si la molestia corresponde a una
contractura muscular o es un dolor de la extremidad con otro origen, indicó.
En las UMF del Instituto Mexicano del Seguro
Social se trata a las personas con calambres, primero identificando si son
diabéticas, con falla renal crónica, tratadas con diálisis o hemodiálisis, o
alguna otra enfermedad que altere los electrolitos para poder determinar el
manejo médico adecuado.
Aunque a cualquier edad se presenta este
síntoma, incluso en menores de edad cuando están deshidratados, las personas a
partir de la quinta década de vida son más propensas a padecerlo, porque en
este grupo se da la mayor prevalencia de enfermedades crónico degenerativas,
añadió.
Ya que los calambres pueden relacionarse con
deshidratación, Avelino Storey recomendó ingesta adecuada de líquidos y dieta
rica en alimentos con potasio (naranjas, jitomates, plátanos, entre otros), no
auto medicarse y acudir a su UMF para revisión o ajuste de medicamentos como
antihipertensivos, broncodilatadores y diuréticos, entre otros, que afectan a
los electrolitos.
Los pacientes con deshidratación muy intensa
pueden poner en peligro su vida, debido a que la falta de electrolitos causa
arritmias cardiacas severas que pueden ser letales, concluyó.
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